60 días para el Spa creativo sobre resolución de conflictos.
Todo nació un día que tenía mucha bronca. El día que había recibido algunas malas noticias y estaba con hambre de hacer algo que me cambie el día. Estaba un poco desanimado y necesitaba salir. Empecé a orar para pedirle a Dios que me ayude a salir de ese pozo.
Entonces volvió a salir a la superficie esa idea. Me encanta generar encuentros, charlas y conversaciones. Entonces pensé necesitamos conversar con mas profundidad sobre cómo resolvemos los conflictos.
Tengo muchos amigos apasionados por la gestión de conflictos.
Y me encanta conversar, compartir, escuchar y conocer otras perspectivas. Pero siempre que voy a un evento, siempre leo, veo y escucho lo mismo. Entonces como hacer algo creativo, algo lateral, algo que nos haga pensar en serio nuestra gestión.
Entonces surgió la pregunta.
¿Cómo encontrar diferentes respuestas a una misma pregunta?
¿Y si invito a un bombero para que venga a mostrarnos cómo el gestiona un conflicto? ¿Y si le digo a Ana, mi doctora, que venga a contarnos como gestiona una cirugía? Y así fui buscando entre mis amigos distintos perfiles, muy distintos…
- Bombero ex-Geof
- Medica Otorrino especialista en Olfato
- Technical Lead Android
- Director de Recursos Humanos
- Periodista
- Escritor y Pastor
- Psicóloga
- Negociador profesional
- Comunicadora Social
- Risk Management Consultant
Y les pedí que en 15 minutos, me respondan la siguiente pregunta:
¿Cómo se resuelve un conflicto?
Y luego de pensar el evento, coordinar la agenda de las 7 personas (Alfonso viajará desde Texas, US y Leonel desde Uruguay). Comenzaron a surgir otros inconvenientes, como el catering, el lugar del evento, el traslado, los horarios, si lo hacía un sábado, un domingo, un viernes…
A medida que comenzaba a dialogar con colegas y amigos sobre el evento, surgían mas dudas y preguntas, que respuestas y soluciones. Todo se hacía engorroso y complicado. Llegué a un punto de querer cancelar todo y cuando vi la foto.
Muchas conversaciones. Miradas. Pensamientos. Momentos.
Entonces volví y me di vuelta. Me volví a tirar a la pileta. Tengo que mojarme yo primero para que el resto quiera tirarse.
¿Y si no hay agua?
Pruebo con el pie. Está un poco fría pero está saliendo el sol. Es cuestión de moverme un poco.
Y el desánimo volvió a diluirse cuando comencé a pensar en la sensación de entrar al agua. Ese momento cuando comenzás a mojarte. Primero las manos, luego cerras los ojos y sentís que tu cuerpo se abraza con el agua. Sentís adrenalina en el aire, alivio al impacto.
Y te dejas llevar, el agua, la velocidad y un pequeño pataleo te va llevando. Salís y todo se ve distinto.
Así se verá ese 7 de junio de 2019.
Lo estoy viendo.
Lo estoy soñando.
Allá vamos.