Gracias Alfonso
Un amigo es una luz en la oscuridad.
Esa frase resume lo que siento, mientras haces el checkin en tu vuelo de regreso a Texas. Fue un honor que durante estos 6 días te subas a mi montaña rusa.
Resulta difícil explicar lo que siento por tí amigo. No me es fácil poner en palabras, pero voy a echar mano de mi pluma.
Primero, sos un hombre valiente y esforzado. Te levantaste temprano, te acostaste tarde, comiste fuera de hora, dormiste poco, viajaste mucho, hablaste un montón, te sacaste mil fotos, organizamos mil quinientas reuniones, improvisamos, nos reímos y disfrutamos juntos.
Segundo, sos un hombre profundo y espiritual. Tu mirada desnuda cualquier persona. Estar contigo, en cualquier reunión de negocios, y tener que tomar una decisión con sólo una mirada tuya. Estar cerca a ti en tiempos de incertidumbres es un montón para mi.
Tercero y último, sos un hombre honesto y generoso. Me haz sentado junto a personas muy importantes. Me brindaste tu oído. Me regalaste tiempo valioso que hubieras podido dedicar a tu esposa o nietos. Me arropaste como si fuera tu hijo.
Alfonso, soy tu fan.
Te amo con todo mi corazón.