La cocina es mi nueva oficina
Desde hace muchos días, semanas, mi laptop, mis notas, mis libros, mis repasadores, mis fuentes, mi mate, mi biblia y mi masa madre, ha sido una misma unidad.
La cocina es mi nuevo habitah.
Un lugar al que antes solo venía a cocinar y comer con mi familia, hoy se ha transformado en el lugar de las conversaciones mas interesantes en familia. Tambien es el lugar donde hago mis video conferencias laborales. Es el lugar donde contesto los mails y donde preparo mis mates.
Paradógicamente veo que en las redes sociales, las personas no comparten la cocina de sus vidas. ¿Será así?
Descartes dijo “Pienso, luego existo”. Algunos años atrás, se comenzó a escuchar la frase: “Comparto, luego existo”. 05/04/2012 Link
Claramente yo comparto un recorte de mi realidad. Hoy estuve dudando si publicaba mi segundo pan de masa madre que no salió como el primero. Si nuestra vida fuera éste iceberg, lo que los demas ven (lo blanco) sería nuestros estados en WhatsApp, nuestros posteos en Instagram, Facebook, Linkedin, Twitter, y algunas otras redes. Entonces...
¿Cómo podemos conocer verdaderamente a las personas si sólo comparten un recorte de lo que son?
Lo que me funcionó a mi, fue llamar uno a uno a mis amigos y preguntarles lo siguiente:
¿Cómo estas?
De repente, como un flash, de la noche a la mañana pasamos a compartir 24 horas, los 7 días a la semana en familia. Con diferentes situaciones, tengo amigos con hijos grandes, que su problema es extrañar a sus nietos y saber que por mucho tiempo no podrán abrazarlos y subirlos a upa. Otros con hijos pequeños, que transitan el cansancio de no tener 1 minuto libre para ver una serie, ya que los chicos, al no salir, tienen una energía potenciada al máximo.
Y comenzamos a tener problemas que antes no teníamos.
Esos problemas que antes, la prisa los ocultaba muy bien. Aprender a compartir los espacios comunes, ya que antes papá o mamá no estaban. Aprender a escucharnos mas y hablar menos. Aprender a esperar el horario para comer, aprender a hacer silencio cuando el otro duerme.
Volviendo a mi cocina, desde donde ahora mismo estoy escribiendo éste post. Es mi oficina porque intento conectar primero con lo que verdaderamente soy, para ver después, si realmente es necesario que eso que descubrí que soy, yo lo comparta, lo escriba, lo cante o lo cocine.
¿Me estás siguiendo?
Cuando escucho la respuesta de mis amigos a mi pregunta ¿Cómo estas? Lo que yo intento, es llegar a sus cocinas. Aunque a veces, lo primero que me muestran es su living tan ordenado, diciendo cosas como:
¡Aquí, en cuarentena, comiendo y durmiendo mucho!
Y justo ahí, yo pregunto:
Pero… ¿Cómo te sentís vos? ¿Cómo va todo en casa?
Y con mucha dificultad vamos llegando a la cocina. Porque como dije al comienzo, la cocina es mi nueva oficina.
Trabajar desde adentro hacia afuera es ir a contracorriente.
Como cuando alguien llega de manera inesperada a tu living y vos estabas transmitiendo por streaming.
Recuerdo en muchísimas oportunidades alguien tocaba el timbre de casa y yo no quería que pase a la cocina, porque todavía tenía los platos sucios de la noche anterior.
¿Estamos encontrando nuestra voz en la cocina, nuestra nueva oficina?
¿En otras palabras, la cuarentena podría ser una oportunidad para encontrar nuestra voz interior? ¿Cómo hacerlo?
Hoy mi facebook me recordó una linda frase para tener un camino.
Vaciando de todo ese contenido que sólo ocupaba lugar.
Lo dije en una entrevista que hicimos con mi hermano ésta semana, y lo voy a dejar escrito, pero en ésta cuarentena hemos conversado con mi mamá y mis 2 hermanos mucho mas que en los últimos 5 años.
Esa puede ser otra manera de encontrar nuestra voz, fortaleciendo los vínculos. Utilizando nuestro tiempo para conocer primero a los que nos rodean en casa y luego para hacer conversaciones con nuestra familia cercana que hoy el covid19 ha tenido que separarnos por un tiempo.
¡Y como termino casi todas mis notas, pedí ayuda! Yo estoy disponible. No seré un 0800 de servicio sacerdotal de urgencia pero quizás podríamos juntos encontrar algunas ideas para pasar la cuarentena.